Me duele la cabeza.
El martilleo constante me traslada a un estado cercano a lo onirico, casi espiritual, en el que el pecho me duele solo de pensarlo.
Pierdo la mirada en el brillo del ordenador, cierro los ojos y escribo a oscuras. el dolor no remite, sigo con mi estado casi onirico.
Me duele pensar, y no me apetece, pero mi mente sigue bullendo bajo la corriente de mi raciocinio. Me niego a perderte. Y si, te escribo a ti, porque se que eres la unica que se molesta en leer este feo blog que renuevo solo cuando me da el volunto. Te escribo a ti porque eres el motivo de mis pensamientos, y te escribo a ti, y solo a ti, porque te quiero.
Despues de decirlo, el dolor de mi cabeza remite un poco, quizas, debido a la certeza de que se que aunque solo una persona en este mundo lea este blog, para esa persona, es importante lo que pongo.
Y por eso y muchisimo mas, me niego a perderte bajo ningun concepto.