Sueña, guerrero, pues la noche es bella y tranquila, y mañana, tañirán las campanas, se encogerán las almas, habrá empezado la batalla, y te digo, guerrero, que mañana empuñarás tu arma, mancharás tus gemas con la sangre de cientos de entrañas, mañana, guerrero, llorarán pétalos las ramas de flores blancas.
Medita, guerrero, piensa en la sangre vertida, piensa en las familias partidas, no te arrepientas, porque el que no mata, muere, y quien muere, no se recuperá de su herida, pero confía, en tu espada, en el valor, guerrero, de tus compañeros, que luchan con ojos siniestros, y es porque, escuchame, guerrero, todos ellos meditaron sobre ésto, porque todos ellos ven los ojos de sus enemigos brillar en el firmamento.
Sal ahi fuera ahora, soldado, que ya repican chispas del acero contra el acero, ya claman los hombres moribundos por la salvación eterna, por el último abrazo de una madre. Enzarzate en la maraña que ahora son tus compañeros, trata de sobrevivir, y si después, cuando acabe la locura y amainen la adrenalina y la sangre, sigues vivo, en pie, habrá momento de llorar, una lágrima por cada sentimiento, por cada momento, ya habrá momento de perder una gota de alma por cada muerto.
Ahora solo lucha, lucha y sobrevive.
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